21 de febrero de 2013

Hablar sin gritar


¿Has notado que hay familias que se comunican a gritos? Los gritos son algo constante durante el día. Los padres gritan a sus hijos en la casa, en la tienda, en el parque, en el auto.

Me he dado cuenta que hay papás que creen que es la única manera “no violenta” de criar a sus hijos porque no les pegan. Los gritos no son respetuosos, también son una forma de violencia; no hay violencia física pero si emocional.

Tal parece que hay padres que entienden el dicho “Se atrapan más moscas con miel que con hiel”. Criar a los hijos sin gritar es positivo, respetuoso y efectivo.

Aquí hay algunos trucos que estoy segura te serán útiles.

Habla con tu hijo. No olvides que tu hijo es una persona. Hay quienes les hablan a los niños en lugar de hablar CON ellos, no sé si me explico. En lugar de simplemente dar órdenes y tener un monólogo comunícate con tu hijo. Escúchalo, presta atención a lo que te dice.
Los niños aprenden a comunicarse como lo hacen sus padres. Si tú gritas no te extrañe que tu hijo te conteste de la misma manera. Cuando hay buena comunicación la relación con tu hijo se fortalece.

Mantén la calma. Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo en especial en un día pesado. A menudo comento que ser mamá me ha permitido ser una mejor persona, para mí ha sido una oportunidad para mejorar aquello que no me gusta de mí y de aprender a manejar mis emociones.
Las presiones del trabajo y todas las responsabilidades de la vida diaria puede hacer que perdamos la calma rápidamente y terminemos gritando por cualquier cosa. Cuando controlas tu temperamento tu hijo también aprenderá a controlar el suyo.

Date tiempo para estar con tu hijo. Demuéstrale tu amor, abrázalo, bésalo, dile que lo amas. Dedica diariamente una parte de tu día para hablar con él, para preguntarle cómo le fue, qué hizo, a qué jugó.
Es una buena forma de abrir la comunicación y de crear confianza entre ustedes de tal manera que cuando tu hijo esté molesto o preocupado se sienta seguro de poder hablar contigo.
Hablar con tu hijo en los momentos tranquilos, de una forma apacible y amable le enseñará a comunicarse sin gritar.

Enseña con el ejemplo. Si quieres que tu hijo hable contigo sin gritar, que te diga lo que está sintiendo, lo que le gusta y lo que le molesta, tienes que hacerlo tú primero. Recuerda que se enseña más con lo que hacemos que con lo que decimos. Es una incoherencia pedirle a tu hijo que haga justo lo contrario que está viendo en tí.
Si tú le gritas a tu hijo le estás dando el mensaje de que esa es la forma correcta de comportarse. Los niños imitan el comportamiento de nosotros, sus padres. Nosotros somos sus modelos. Si quieres que tu hijo sea respetuoso al comunicarse contigo - y con los demás – muéstrale cómo se hace.

Extraído de Escuela de padres primerizos

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