25 de enero de 2011

Amamantar es un instinto natural

Mi madre tuvo cuatro hijos y nos dio el pecho a todos. En mi vida no faltaron buenos ejemplos de cientos de otras mujeres que vi lactar mientras crecía. Tal vez por eso jamás me pregunté si amamantaría o no a mis hijos. ¿Cómo no lo iba a hacer? Dar pecho era una consecuencia natural y obvia del embarazo, y algo que para mi representaba la maternidad misma. Mi hijo Gabriel disfrutó de los beneficios que mi leche le brindaba por cerca de 18 meses, y yo aproveché todos esos momentos en que lo tenía en mis brazos, mirándome a los ojos, jugando con mis manos, haciéndome sentir la madre más dichosa del mundo.

Los mejores motivos para dar pecho

La lactancia trae una infinidad de beneficios y, cada vez más, los médicos, psicólogos y educadores descubren nuevas ventajas que prueban que amamantar es simplemente lo mejor que una madre puede hacer por su pequeño.

Para el bebé:

* La leche materna es el alimento más nutritivo que hay. Ningún otro alimento o leche es más sano durante los primeros seis meses de vida. La Academia Americana de Pediatría recomienda dar el pecho al bebé por un año. Generalmente, los alimentos sólidos se introducen entre los cuatro y los seis meses, pero los bebés obtienen todavía una cantidad significativa de nutrientes de la leche materna.
* Los bebés que maman pecho padecen menos infecciones y molestias, tienen menos hospitalizaciones y se recuperan más rápidamente cuando se enferman.
* La leche materna mejora la capacidad intelectual del bebé y ayuda a que crezca y se desarrolle mejor.

Para la madre:

* La lactancia ayuda a que el útero regrese más rápidamente a su tamaño normal.
* La lactancia ayuda a la madre a bajar de peso y a recuperar su forma.
* La lactancia ayuda a prevenir el cáncer de los ovarios y algunas clases de cáncer de pecho.
* Las hormonas producidas al dar el pecho ayudan a relajar y estimulan el "instinto maternal".
* La lactancia prolonga la ausencia de la menstruación.
* La leche de pecho es gratis. Alimentar al bebé con fórmula cuesta un promedio de 1.400€ al año.
* La leche materna no exige preparación y está siempre lista para servir.

La falsa información crea mucha confusión

Si los beneficios son tantos, ¿por qué, aun así, hay muchas mujeres que no amamantan? Muchas veces, la falta de información hace que muchas madres no den el pecho a sus bebés o que dejen de hacerlo demasiado temprano. Las siguientes son algunas de las falsas creencias que impiden que más mamás y bebés disfruten los beneficios de la lactancia.

El amamantar te dejará los pechos "caídos".
Falso. El aumento de peso durante el embarazo y el consecuente estiramiento de los ligamentos de los pechos es lo que hace que los pechos se vean más caídos después de dar a luz, y no el amamantar en sí. Si usas un sujetador con el soporte apropiado, tus pechos se mantendrán más firmes.

Dar el pecho es doloroso y se te agrietan los pezones.
Falso. El dolor, agrietamiento de los pezones y otros problemas que algunas mujeres experimentan sólo ocurren cuando el bebé no está mamando correctamente, y se corrigen fácilmente con la orientación adecuada.

Si das el pecho, tu marido no podrá "participar" en la crianza del bebé.
Bueno, tu marido ciertamente no podrá amamantar, pero hay muchísimas otras cosas que el papá puede hacer con el mismo cariño y dedicación, como cambiar y bañar al bebé, consolarlo cuando llora, sacarlo de paseo y, más adelante, hasta prepararle y darle sus primeras papillas.

Los bebés que se alimentan de pecho no engordan y siempre tienen hambre.
Falso. La leche materna es más fácil de digerir, por eso la mayoría de los bebés que maman pecho comen más seguidamente, pero eso no significa que no estén recibiendo la cantidad de leche apropiada. Además, la salud del bebé no depende de que se vea gordito.

Los biberones son mejores porque te indican exactamente cuánta leche se toma el bebé.
Falso. La verdad es que lo más importante no es medir la cantidad de leche que el bebé toma, sino dejarle tomar la cantidad que necesite para saciarse.

Si das el pecho vas a estar "atada" al bebé y no podrás trabajar.
Falso. Hoy en día existe una gran variedad de bombas para extraer leche, las cuales permiten que la madre se saque la cantidad necesaria para alimentar a su bebé mientras ella esté fuera. Muchos empresarios permiten que las madres se saquen leche en el trabajo, ya que saben que la lactancia mantendrá a sus bebés más sanos y esto hará que las madres falten menos.

Se te secará la leche y el bebé llorará mucho.
La leche no se "seca" por sí sola, ni con el tiempo. Lo que muchas veces ocurre es que al ofrecerle agua, zumos o leche artificial al bebé, éste se sacia y empieza a mamar menos cuando se le da el pecho, y deja de estimular la producción de leche materna. Poco a poco, la mamá empieza a producir menos leche... y se acaba la lactancia. Hasta los seis meses de edad la mayoría de los bebés no necesitan ningún otro alimento o líquido para desarrollarse saludablemente, ¡ni siquiera agua!

Cuando surgen dificultades...

Si fueras a bailar con una nueva pareja por primera vez, ¿no tendrían que practicar un poco hasta lograr moverse al mismo compás? La lactancia es como una danza entre la madre y el bebé, donde cada paso y cada movimiento son algo nuevo para los dos. Por eso, aunque la mayoría de las mujeres logran amamantar sin complicaciones, algunas necesitan un poco más de práctica, y a veces hasta la ayuda de profesionales, para "aprender los nuevos pasos".

La mayoría de los problemas ocurren cuando el bebé no mama en la posición correcta, lo cual puede causar desde dolor en los pezones hasta una baja producción de leche. Muchas veces la madre logra superar las dificultades siguiendo las instrucciones de un buen libro, pero casi siempre lo ideal es consultar con una especialista en lactancia, quien le observará mientras amamanta y le ayudará a identificar y a corregir el problema.

A quien recurrir

Los siguientes grupos y organizaciones pueden ofrecerle ayuda:


Busca el apoyo de una especialista en lactancia en los siguientes casos:

Si sientes dolor en los pechos o en los pezones.
Si tienes los pezones rojos o agrietados.
Si tienes los pechos hinchados, calientes y rojos.
Si crees que el bebé no está comiendo lo suficiente o no está subiendo de peso.
Si te preocupa cualquier aspecto de la lactancia.
Si necesitas alquilar una bomba para extraer leche

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