24 de junio de 2010

25 maneras de hablar para que sus hijos escuchen

Una gran parte de la educación tiene que ver con cómo hablar con los niños. La forma en la que hablas con ellos les enseña la forma de hablar con otros. He aquí algunas cosas que hemos aprendido de nuestros hijos:

  1. CONECTA ANTES DE DIRIGIR: antes de dar directivas a tu hijo, desciende al nivel de sus ojos y establece contacto ocular con él, para obtener su atención. Muéstrale cómo enfocar: “M. necesito tus ojos”-“tus orejas”. Ofrece el mismo lenguaje corporal cuando estés escuchando a su hijo. Ten cuidado de que tu mirada no sea tan intensa que controle en lugar de contactar.
  2. DIRÍGETE AL NIÑO: “N. quieres por favor….”
  3. SÉ BREVE: usa reglas de una sola frase. Pon la orden principal en la frase de inicio. Cuanto más tiempo divagues, más probable es que tu hijo ignore a sus padres. Demasiado hablar es uno de los errores más frecuentes cuando dialogamos. Produce en el niño la impresión de que no estás muy seguro de lo que quieres decir. Si te puede mantener hablando, puede mantenerte distraído.
  4. SÉ SIMPLE: utiliza frases cortas y palabras de una sílaba. Observa el modo en que ellos hablan unos con otros y toma nota. Cuando tu hijo muestra esa mirada vidriosa y desinteresada, ya no te está escuchando.
  5. PÍDELE A TU HIJO QUE TE REPITA LO QUE LE HAS DICHO si no puede, ha sido demasiado larga o demasiado complicada.
  6. HAZ UNA OFERTA QUE TU HIJO NO PUEDA RECHAZAR: puedes razonar con un niño de dos-tres años, especialmente para evitar berrinches: “vístete para que puedas salir a jugar”. Ofrece una razón para tus peticiones, que sea una ventaja para el niño, y que sea difícil de rechazar. Esto le da un motivo para salir de su posición de poder, y hacer lo que le pides.
  7. SÉ POSITIVO: en lugar de decir "no corras", di "dentro caminamos, fuera se puede correr".
  8. EMPIEZA TUS PETICIONES CON LA PALABRA QUIERO: en lugar de decir bájate de ahí, di quiero que te bajes de ahí. Esto funciona bien con niños a los que les gusta agradar, pero no recibir órdenes. Diciendo "quiero", das una razón para agradar, más que una orden.
  9. CUANDO… ENTONCES: cuando te hayas cepillado los dientes, te contaré el cuento. Decir cuando implica que esperas ser obedecido, mejor que el “si” que da al niño la sensación de que puede optar por hacerlo o no, cuando no querías darle opciones.
  10. PRIMERO LAS PIERNAS, DESPUÉS LAS PALABRAS: en lugar de gritar “apaga la televisión y a cenar” acércate a donde está viendo la tv, únete a él un ratito, y en el primer intermedio para anuncios, dile que apague la televisión. Yendo hacia él le convences de que tu requerimiento es realmente serio. De otra manera, lo interpretan como una mera preferencia.
  11. OFRECE ALTERNATIVAS: prefieres ponerte antes el pijama o cepillar los dientes.
  12. HABLA DE FORMA ADECUADA A SU DESARROLLO: cuanto más pequeño sea el niño, más cortas y simples deben ser las órdenes. Considera su nivel de comprensión. Por ejemplo: un error muy común es preguntarle a un niño de tres años ¿Por qué has hecho eso?. La mayor parte de los adultos tienen problemas para explicar su comportamiento. Prueba a cambio: vamos a hablar de lo que has hecho.
  13. HABLA DE FORMA SOCIALMENTE CORRECTA: incluso un niño de dos años puede aprender “por favor”. Espere que su hijo sea educado. Los niños no deberían sentir que la educación es opcional. Hable con sus hijos de la forma en que espera que ellos hablen con usted.
  14. HABLA DE FORMA PSICOLÓGICAMENTE CORRECTA: los comienzos amenazantes o sentenciosos, predisponen al chico a ponerse a la defensiva. Los mensajes que comienzan con “tú” hacen al niño encerrarse. Los que empiezan con “yo” no son acusadores. En lugar de empezar: “tu debes hacer…” pruebe diciendo:”a mí me gustaría que hicieras….” o “yo necesito que hagas”. No haga una pregunta inicial si la respuesta negativa no es una opción: ¿quieres poner la mesa?. Diga simplemente: pon la mesa, por favor.
  15. ESCRÍBELO: los recordatorios pueden derivar en quejas con demasiada facilidad, especialmente en los preadolescentes, que piensan que decirles cosas los sitúa en la sección de esclavos. Sin decir una palabra, puede comunicar todo lo que necesite decir: hable con una libreta y un lápiz. Deje notas humorísticas a sus hijos, siéntese y observe lo que ocurre.
  16. BAJA EL TONO DE TUS HIJOS: cuanto más alto grite el niño, más bajo hablas tú. Deja a tu hijo ventilarse, mientas intercalas comentarios de tanto en tanto: “entiendo” o “¿puedo ayudarte?”. Algunas veces sólo tener un oyente atento puede disminuir el volumen de una rabieta. Si te pones a su nivel, tendrás dos berrinches que manejar. Sé un adulto para él.
  17. CALMA AL NIÑO: antes de dar una orden, restaura el equilibrio emocional del niño, de otra forma estás perdiendo el tiempo. Nada profundiza cuando un niño está en un naufragio emocional.
  18. REPITE TU MENSAJE: los niños pequeños necesitan que les repitan las cosas cientos de veces. Los niños con menos de 2 años tienen dificultad para interiorizar sus órdenes. Muchos niños de tres años comienzan a interiorizar órdenes, de forma que lo que les dices comienza a calar. Repite cada vez menos veces a medida que tu hijo crece. Los preadolescentes contemplan la repetición como una queja.
  19. DEJA QUE TU HIJO COMPLETE EL PENSAMIENTO: en lugar de decir: no dejes ese barullo amontonado, di: M., piensa dónde quieres guardar tus cosas de jugar al fútbol. Dejar que el niño complete los espacios en blanco hará que sea más fácil que lo recuerde en el futuro.
  20. USA NORMAS RIMADAS: “para cruzar, la manita hay que dar” (esto es una aportación mía, ya que la rima inglesa, no rima en castellano)
  21. DA ALTERNATIVAS QUE GUSTEN: no puedes ir solo al parque, pero puedes jugar en el jardín.
  22. DA NOTICIAS POR ADELANTADO: vamos a salir enseguida, vete diciendo adiós a los muñecos (o a los otros niños).
  23. ABRIR A UN NIÑO CERRADO: selecciona cuidadosamente frases que hagan abrirse a las pequeñas mentes cuando se cierran. Adhiérete a tópicos que sabes que entusiasman a tu hijo. Haz preguntas que requieran una respuesta diferente de sí y no. Pregunta cosas específicas: en lugar de “¿qué tal lo has pasado en el cole?” pregunta “¿qué es lo más divertido que has hecho hoy en el cole?”
  24. USA CUANDO TÚ… YO ME SIENTO… PORQUE…: cuando te alejas de mamá yo me preocupo porque podrías perderte.
  25. CIERRA LA DISCUSIÓN: si una cuestión está realmente fuera de discusión, di no.”No cambiaré mi decisión sobre esto. Lo siento”. Ahorrarás tiempo y desgaste a ti y a tu hijo. Reserva tu tono de voz de “aquí podemos tener un problema” para cuando lo haya.

Fuente: www.dormirsinllorar.com, artículo traducido por Soledad González (solecilla)

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